Llévame a tu refugio, donde el río, pero no me preguntes nada...- Dijo ella...
Allí estaban, ella salió del coche y se quedó de pie en la plataforma mirando cómo corría el agua, y a su vez, el viento contra la maleza...
Se abrazó a sí misma y quiso llorar, pero quería ser fuerte, y aguantó, pero se notaba débil, las piernas le temblaban, así que se sentó en el suelo, sólo quería estar en silencio.
Él salió del coche y se quedó allí de pie, y la vio allí sentada, echa una bola, tan pequeña, su pelo se movía con el aire, y a ratos intentaba apartárselo de la cara sin éxito ninguno... Se acercó a ella, pero seguía de pie.
Sabes que estás como una cabra, no?- Le dijo él, algo enfadado por lo que ella le había dicho.
Sí, siempre lo he sabido...- dijo ella rompiendo a llorar. Ya no aguantaba más, no podía aunque quisiera, su fortaleza se había desvanecido y le mostró cómo era en realidad.
Joder... luego dices que yo soy el negativo- Dijo él, cabreado a la vez que confuso, y se sentó a su lado.
-Estoy cansada de ser positiva, de sonreír sin ganas, de ser fuerte... Me siento sola, mientras que todos los demás hacen su vida. Todos se irán, y yo seguiré igual, sin planes, sin sueños... sin nada...
-Tienes que empezar a pensar en ti, despreocúpate de lo demás, todo va a estar bien. Aprovecha cada momento, porque el tiempo pasa rápido, quédate con todas las cosas buenas, tu familia, tus amigos, este momento, aquí sentados...
Y se hizo el silencio...
Sólo quería sentir el sonido del agua, del viento, y sentir que él estaba a su lado...
Sigues pensando?- Le preguntó él mientras la llevaba a casa.
Sí... Pero estoy bien, gracias por llevarme, lo necesitaba.